Que complicado es todo. Lo más sencillo se vuelve imposible por la simple intervención humana. Que manera de estropearlo todo. Con lo fácil que sería dejar a cada uno con sus temas y no meterse en medio. Y sobre todo, no meterse en medio de los asuntos ajenos. Otro gallo nos cantaría si cada cual fuera a lo suyo. Y a veces, ni siquiera hay mala fe. Es simplemente ganas de complicarse la vida, de meterse en camisa de once varas.
Y lo peor de todo es que en la vida no existe el CTRL Z de windows (deshacer). Aquí si metes la pata es muy dificil deshacer el entuerto. Dar marcha atrás es complicado, primero por el maldito orgullo y segundo porque creemos, ingenuos, que tirando hacia delante podremos corregir la situación. Pero como bien sabemos, las cosas cada vez se complican más. Esto se puede aplicar a mil situaciones cotidianas. La próxima vez pensad si de verdad merece la pena vuestra intervención, o las cosas irán mejor sin ella.
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