lunes, 28 de enero de 2008

¿Odio mi trabajo?

Nunca he sido, desde mi primera juventud, de sentimientos tan fuertes como el odio. No odio a nadie, porque nadie merece ser odiado, hay que ser un poco objetivo y pensar que cada uno de nosotros está simplemente a un lado o a otro y que vemos las cosas de diferente modo. Pero el odio se extiende más allá de las personas, a los conceptos y ahí si quiero odiar: la muerte de los inocentes, el abuso del poderoso, el daño por el daño, la avaricia y la petulancia, la indiferencia... mi trabajo.
Es un conjunto de sentimientos, mi edad, 50 años, lo que según mis jefes no me permite una proyección a futuro (me baso en los hechos, no en las palabras), mi antigüedad en la empresa, 31 años, lo que hoy por hoy supone una visión destructiva desde la dirección: solo derechos y nada de deberes. Así nos ven.
Es cierto que mi ambición no es grande, y mi visión de las cosas ha cambiado. Esta empresa era parte de mi vida, ahora no. Ahora solo quiero que acabe la jornada. Antes, muchas veces, esperaba con ilusión los trabajos del día, ahora no. Ahora solo espero que pasen las horas.
Han puesto a una de las personas más imaginativas de la empresa, a mí, a controlar un sistema de gestión integrado basado en procedimientos, procesos, instrucciones: reglas y normas, uniformidad. Será estupendo para la empresa, pero yo no soy la persona idónea. Pero tengo un título bonito, y la mayoría de los días ni se fijan en mi. Y si se fijan, malo. En realidad, a pesar de tener un gran sueldo y un buen puesto, de tener cierta autonomía y ser, en general, bien tratada, me siento objeto de acoso laboral. No estoy en una esquina olvidada, pero se puede estar en el centro y aislada. Mi segundo al mando, el segundo en el organigrama, me dice con bastante frecuencia, y me lo trasmite de otras formas con más frecuencia aún, que no estoy en los equipos de creación ni decisión. Es decir, que me calle. Que haga lo que me digan y que olvide que tengo una mente despierta, excepto en mis procesos, procedimientos...
Así que en días como hoy, lunes, simplemente me muero de sueño y miro el reloj. Tengo mucho que hacer, pero la verdad es que no domino los temas, no sé muy bien como saldrá mis próximos trabajos y eso me preocupa. Soy responsable. Pero estoy en un ambiente que ya no conozco, los pactos van por encima del trabajo, los pactos de no-agresión entre los nuevos jefazos nombrados nos dejan a los demás en un término medio que casi nadie entiende. Tampoco interesa demasiado entenderlo. Es así y ya está. A callar y a trabajar. Pero yo pienso, pienso mucho y me encuentro aislada.
Me planteo irme de la empresa, aún sabiendo que es solo un sueño utópico. Y me planteo plantarme ante mi médico de cabecera y decirle que no soporto venir cada día hasta el trabajo, a aguantar los mismos chascarrillos, las mismas memeces que todos los días.Y me pregunto de nuevo ¿Odio mi trabajo? Encorsetado, normativizado, conceptual, aburrido, monótono... ¿U odio lo que le rodea, o le adorna? Ese personajillo que nos han metido con calzador para que el personal no se le suba a las barbas al manda más. Que por otra parte ha tenido nuestro apoyo y nuestro cariño -¿Qué difícil verdad?- En momentos cruciales. Aún hoy, creo que nos la jugaríamos por él. Pero está tan equivocado, tan desorientado. Pero el orgullo es fuerte y le tiene cegado por el lado que no le ciega su adlátere. En fin, esperaremos acontecimientos. Cuando menos te lo esperas la vida da un giro.

viernes, 25 de enero de 2008

AF

Hoy me toca, de nuevo, hablar de Alejandro. Le he visto en un programa de la televisión mejicana, guapo, aunque como siempre, envarado. Pero ha cantado un poco en directo y me maravillo. Tiene una voz preciosa que cada vez me gusta más. A veces es un poco engolado, pero aún así me gusta. Es poderoso cantando, le sobran recursos y los emplea. Incluso me he puesto a oír en el coche su penúltimo disco, el que menos me gusta de los últimos, Viento a Favor. Es un poco como hecho a medida, variado, estudiado, pero no se si técnicamente está bien grabado, porque se le nota mucho la pronunciación de las v casi como f. Creo que en algún punto del tratamiento técnico está forzado. Lo mismo pasa con su voz en el dueto con Beyoncé. Su voz suena un poco ronca, no parece él hasta que baja. Ella canta muy bien, de modo que no se porqué él está manipulado. Su último disco, 15 años de éxitos no me lo he comprado, ni siquiera pirata. Lo he bajado de Internet. Me siento un poco culpable, no solo por el, sino por todos los autores. Si me pongo en su lugar me parece un robo. No me cuestan nada, Papito, Dos pájaros a Tiro... No se si el canon digital sustituye estas pérdidas, pero no lo creo. Cuando ves a los top manta con todas las novedades discográficas te preguntas cuanto dinero dejarán de percibir por la venta de sus productos. Aunque claro, las discográficas no pierden, siguen ganando. Lo que ocurre es que si hay riesgo no quieren saber nada y no lanzan nuevos cantantes. Tiene que cambiar el mercado y las nuevas tecnologías lo conseguirán en breve. Yo mientras sigo con Alejandro en el oído. Su voz no tiene que ver con las tecnologías, sino con la garganta de un hombre con un don. Es como la fruta que crece en los árboles, frutos del paraíso para nuestro placer común.

miércoles, 16 de enero de 2008

Cadena perpetua

Ayer iba caminando por Sol, con mi perra, viendo a la gente ajetreada, ir de un sitio para otro como hormigas buscando el hormiguero. Había estado hablando con mi prima Ana, que tiene problemas en el trabajo, problemas de saturación, de exceso de trabajo, de falta de ayuda, de apoyo. También hablé con mi hermano sobre mi cuñada, que tiene un problema de ansiedad asociado a su trabajo, que ha comenzado a primeros de enero. Los problemas son distintos, como mi caso, que también lo es. Pero en las tres subyace el problema común de la obligación de ganarnos la vida por encima de nuestras preferencias, de nuestras necesidades personales, de nuestra visión interior, etc. Es decir, nos colocamos sobre patrones en los que no encajamos, a una le tiran las costuras, a otra le está largo el traje y a otra, simplemente, no le gusta el color, pero ninguna se vestiría con esa prenda si pudiera elegir.
Cuando iba caminando por Sol desee poder ser feliz en mi trabajo. Desee llegar cada mañana con ilusión ante la aventura de desarrollar y hacer cosas nuevas. Pero las 8 horas de rutina, de luchas subterráneas, de incomprensión, de falta de motivación pueden con ese sueldo que a final de mes suponer la diferencia entre vivir con comodidad o malvivir. Siempre se habla de esa gente que gana mucho dinero pero no tienen tiempo para gastarlo. Pero el problema contrario, tener mucho tiempo y poco dinero es peor. Las cosas sencillas de la vida, como pasear, leer, o simplemente ver la televisión, charlar, no parecen cosas importantes, no parecen merecer el gasto de tu tiempo, pero verdaderamente son lo único que nos puede salvar. Contra esa cadena perpetua que supone el trabajo diario solo podemos llenarnos por dentro de valores e ideas, fabricarnos un airbag interno que nada ni nadie pueda estallar. O impregnarnos de una pátina de aceitoso líquido que deje escurrir hacia el suelo todos los comentarios dañinos, o malsanos.
Chicas, si pudiera aliviaros, pero si no puedo hacerlo conmigo misma, como podría ayudaros a vosotras. El futuro es incierto, pero no es eterno y no se porque nos preocupa tanto si no podemos comprarlo. Deberíamos disfrutar ahora que todavía podemos. Pero estamos pendientes de la seguridad.

domingo, 13 de enero de 2008

Benazir Bhutto

Benazir Bhutto  ha muerto asesinada. Es algo que cualquier vidente de tres al cuarto hubiera podido predecir. Cualquiera de nosotros lo hubiera podido hacer. Al fin y al cabo es el destino de los "profetas" de buena parte de esos países legendarios que forman parte del medio y lejano oriente. En concreto Pakistán y la India, países grandes, ricos, influyentes internacionalmente al menos por sus dimensiones y población, donde la mayoría de la población apenas sobrevive. En este panorama surgió la figura de Benazir, la primera mujer musulmana al frente de un país, elegida democráticamente. Una mujer hermosa, instruida, con carisma. Una mujer que ocultaba bajo un velo etéreo, normalmente blanco una cabeza muy bien puesta sobre los hombros. Pero como muchos de sus conciudadanos y la mayoría de los integrantes de estas estirpes de poder populista de los países del indostán, consciente de la necesidad, o del sino, de morir como martir. Es parte de su biografía, de su destino vital. Ya han nombrado al nuevo martir, su hijo. A no tardar demasiado le veremos morir. Poco importa la mano asesina, casi siempre bajo el manto de la traición. Poco importa la forma.
Pero de la muerte de Benazir lo que más me sorprende es la poca repercusión entre nosotras, las mujeres de su/mi generación que la vimos en su día como modelo de resistencia, de empuje, de mujer que sin renunciar a sus principios era capaz de aglutinar a un pueblo (alejado de los principio democráticos y de la igualdad de géneros) a su alrededor. Las circunstancias políticas en Pakistán nunca han sido claras y los cambios políticos han sido producto de golpes militares o planificados por una democracia corrupta. No creo en todos los pecados de Benazir, pero en realidad eso me da igual, porque ella abrió puertas, liberó prejuicios y llevó a su país a las esferas internacionales, a la curiosidad del resto del mundo. Extendió sus fronteras más allá de esos límites geográficos que tantos disturbios crea con la vecina India.
El subcontinente indio cuenta con una cuarta parte de la población mundial, y su densidad de población es siete veces superior a la media mundial. Su situación política global siempre es preocupante y desde luego el papel de la mujer en esta zona es bastante precario. Benazir fue una especie de rayo de esperanza, del despertar de las minorías, de los desfavorecidos.
Cada granito de arena vale. El mundo cambiará o su destino es facilmente predecible.

viernes, 11 de enero de 2008

El examen

Mañana me examino. Estoy estudiando psicología a distancia y mañana me enfrento con la realidad más sangrante. El papel en directo, las preguntas solas conmigo. No suelo memorizar todo lo que estudio, pero en este caso, en una asignatura como Fundamentos de Neurociencia esto es un problema, porque la terminología es la que es y no puedo utilizar sinónimos o adjetivos calificativos. El supraquiasma, es el supraquiasma me ponga como me ponga, aquí y en Pekín. El mayor problema es situar los términos. Tengo localizados los órganos cerebrales, pero el problema es su conexión y coordinación. Que neuronas traen y llevan, que áreas se activan o se desactivan. Muy difícil, aunque muy interesante. Pero aunque estudie a fondo esta asignatura se que me quedaré tan en la superficie que quizá no le he dedicado el suficiente tiempo. Esto en realidad es anatomía, medicina, fisiología. Yo solo quiero atender a gente con problemas, no con enfermedades, porque no creo estar capacitada para ello. El psicólogo tiene su propio campo de actuación y este acaba donde empieza el del psiquiatra, neurólogo, etc. Pero lo que a mi me importa mañana, como siempre, es aprobar. Ser capaz de acordarme de lo que me pregunten, incluso entender las preguntas, problema que siempre me surge. Nunca he sabido si mi lógica es errónea o lo son las mentes de los demás. Supongo que el problema será mio. Desearme suerte, el balón está aún en el tejado.

miércoles, 9 de enero de 2008

Soy como soy

Uno de los mayores problemas del ser humano es la insatisfacción. Con lo que somos, con lo que tenemos, con nuestro entorno. Pero lo principal es aceptar que eso es lo que hay. Y que si queremos podemos ir cambiando, pero lo primero es aceptarnos como somos. Porque sino la insatisfacción nos corroerá por dentro, desde las entrañas hasta envolvernos en una red de amarguras y envidias. Mírate, observate y probablemente no será todo tan malo. Apunta las cosas que quieres cambiar y empieza poco a poco. No trates de comerte el elefante de una sola vez. Y acepta a los demás también como son. Si los quieres, porque los quieres así. Y si no los quieres, que más te da.
En cuanto a desear aquello que no podemos tener, preguntate que te es imprescindible, que importan las cosas, las propiedades. Si tienes salud, una casa, un trabajo y alguien que te quiera, no se necesita nada más. El dinero no compra la felicidad, ni la salud, aunque hace habitualmente las cosas más fáciles. Pero tu eres la persona que eres por tu lucha, por tu día a día, porque tratas de mejorar con tus mimbres y en eso está el verdadero mérito y la satisfacción personal, la más importante, la que tampoco compra el dinero. Sientete a gusto contigo mismo y aceptate como eres, seguro que no es tan malo. Quiérete porque eres lo más importante de tu vida y probablemente de la vida de otros.

jueves, 3 de enero de 2008

Salsa asesina

Hace al menos tres meses compré un pollo asado en un establecimiento de comida preparada. Cuando saqué el envase del coche se derramó la salsa sobre el suelo del garaje. Durante varios días olió a pollo asado en toda la planta, y el líquido sobre el hormigón tardó bastante en dejar de ser líquido. Después de tres meses y de observar día tras día la evolución de la mancha que quedó, observo que sobre el hormigón grisáceo se proyecta una superficie más oscura que no varía su tamaño. Es como el chapapote del prestige. Es una salsa que se ha quedado sólida sobre el suelo y que no parece disminuir ni concentrarse. Sigue ahí como amenaza de sus componentes. Si actúa así sobre el hormigón, ¿como actuará sobre nuestro estómago o nuestros intestinos? y después, sino no es biodegradable, será un residuo tóxico que ha corrido por nuestro cuerpo libremente. Supongo, como lega que soy, que el problema serán los aceites o grasas utilizados para preparar esa salsa. Y me pregunto donde van todos esos residuos que arrojamos por las tuberías de los fregaderos y como afectan al medio ambiente. Utilicemos los puntos limpios y llevemos allí los aceites utilizados. Todos nos quedaremos más tranquilos.

Sexo virtual

¿Porque llaman sexo virtual al sexo por internet? Que tiene de virtual, es sexo independiente, sexo separado, sexo en red, pero sexo al fin y al cabo. Porque a cada lado, delante y detrás de cada pantalla hay personas. Unas veces en vivo y otras en fotos o vídeos. Pero siempre son personas, no seres creados en la imaginación, ni seres que solo existen en ese plano plano que es la pantalla del ordenador. Y cuando practicas sexo significa que estás haciendotelo, aunque sea contigo mismo. Internet es la inspiración, la revista porno, la película guarra, pero los actores son personas y tu eres tu, con tus manos en acción. ¿Que tiene de virtual una masturbación?, ¿parece más fina por ser "virtual"? El diccionario de la RAE define realidad virtual como "Representación de escenas o imágenes de objetos producida por un sistema informático, que da la sensación de su existencia real". Lo que llamamos sexo virtual no es mentira, no es producto de un sistema informático, solamente se trasmite a través de él. Y los hombres y mujeres modernos lo utilizamos como sustituto de relaciones verdaderas en su sentido histórico o social. Para hacer sexo nunca han hecho falta dos personas, con una y algún artilugio, habilidad, historia y sobre todo con la imaginación que nos hace volar y conseguir cualquier cosa podemos follar con cualquiera, tener fantasías que no seríamos capaces de hacer realidad. Lo que quizá no entendamos es que esas personas que nos muestran el sexo más desaforado, más herido en la red, el más humillante, son reales, no son imágenes virtuales, y nosotros nos excitamos viendo como muchas de esas personas son maltratadas y vejadas, en el mundo de la globalización nos llegan imágenes desde todas partes con una característica común, la explotación de los más débiles en aras de la ganancia de los más fuertes. Y nosotros, eso si, somos cómplices reales, no virtuales, porque somos por un lado consentidores y por otro consumidores de esa irrealidad que escenifica nuestras fantasías más alucinantes, más pervertidas. No nos sentimos culpables porque nada nos parece real y porque nos venden que ese sexo nuevo, permitido, fácil, no nos deja huellas: ni emociones, ni enfermedades, ni remordimientos. Por unos cuantos euros compramos la vida expuesta, humillada, de un montón de seres.

martes, 1 de enero de 2008

Serrat

Están echando en la televisión un concierto de Serrat y Sabina. Sabina que gusta y me cae bien, pero lo de Serrat es otra historia. Esta si que no es de fantasías ni de amores imposibles. Esta es una relación que tiene ya unos 36 o 37 años. Desde que se cruzaron nuestros caminos, yo en el colegio y el cantando. Ha sido una historia de vida, paralela, el creciendo, yo creciendo, el envejeciendo, yo pronto, el cantando, yo escuchándole. Los discos de Serrat se compraban sin oírlos. Era una cuestión de fe. Y siempre estaba ahí, pensando lo que yo pensaba y diciendo lo que yo no sabía como decir. La cabeza sobre los hombros, la sensatez como forma de expresión y eso ojillos pícaros capaces de arrancarte una sonrisa, o una lágrima. Eres parte de mi vida, como mi familia o mis amigos antiguos. Eres un referente, una de esas personas que sí me hacen desear ir en este mundo.

Feliz año nuevo

Feliz año nuevo. En este nuevo año, como siempre, comenzaremos con buenos propósitos. Quizá no sea tan difícil, todo es cuestión de hábitos, podemos cambiar. Yo me voy a proponer ser más humana, abrirme más a los demás, aprovechar las oportunidades e intentar divertirme como lo hace la mayoría de la gente. Menos pensar y más acción, menos soledad y más gente. Tal vez todo vaya mejor, me vaya mejor. Es un buen propósito, aunque ya me parece complicado si quiero comenzar mañana. Sigo prefiriendo quedarme en mi casita. Ya veré. Tal vez esté equivocada, o tal vez las cosas sean más fáciles. Vivir simplemente sin plantearte cada paso, sin que te de pereza ir con el rebaño. Y no lo llamo rebaño con ánimo peyorativo, sino al contrario, con la envidia sana de quién no sabe relacionarse. Se me ha olvidado. Aún recuerdo otros tiempos en que me gustaba la gente y mi casa no era mi castillo, sino simplemente mi hogar. Ha pasado uno hora del nuevo año. Tengo muchas cosas que cambiar y muchas que cuidar. Espero lograrlo. Lo más importante es intentarlo.