domingo, 30 de diciembre de 2007
Nubes negras
sábado, 29 de diciembre de 2007
La familia
Otra canción en Navidad
He mirado con ojos envidiosos
a la mujer que quieres
He llorado los días que has pasado
prendido a su cintura
Pero el tiempo que todo lo termina
ha acabado con tu amor
y ahora me toca a mi.
Mírame con ojos de hombre
enamorado,
déjame soñar con tu pasión
sobre mi cuerpo.
Bésame con besos de fuego
que me incendien
que prenda mi corazon ilusionado.
Porque hoy por fin
tu serás mio
Lo he visto en tus ojos adorados
econtrarás en mi lo que nunca has encontrado
el amor sin demandas
el hogar anhelado.
Olvida a esa mujer que te engañó
olvida a todas aquellas que has amado
Yo te daré el cielo en cada noche
te haré feliz como nunca has esperado.
Y si un día te vas
o yo me marcho
Nos quedará el recuerdo más hermoso
habremos conocido la pasión.
Lo de siempre, trompetas, traje de charro y a cantar.
Cumpleaños de papá
Si volviera a nacer
jueves, 27 de diciembre de 2007
Instinto
jueves, 20 de diciembre de 2007
Feliz Navidad
Amargo
lunes, 17 de diciembre de 2007
Libertad
Comida de empresa
El pasado viernes tuvimos en mi empresa la tradicional y perpetuada comida de Navidad. Hacía dos años que no iba, pero esta vez, por diversos motivos decidí ir. Es en realidad un celebración de semi-boda, con varios platos que llegan a la mesa medio fríos y muy hechos. Poco de todo y mal hecho, aunque la calidad no fuera mala. Y además, con prisas por echarnos. El restaurante Currito de Madrid, al que yo he acudido en otras ocasiones y siempre con satisfacción, nos dio una comida ramplona y como ya he dicho sin ningún cuidado en la confección. Y me consta que el menú costó más de 100 € por persona sin copas, ni cava. Pero bueno el hecho es la celebración, es decir, la hipocresía de las rencillas sonreídas de mesa a mesa, de los abrazos llenos de buenos deseos con el puñal escondido tras la espalda. De los sitios guardados, de los guetos. Es una fiesta que solo puedes aguantar tras una panoplia, un estallido de fuegos fatuos alimentados por la envidia y el rencor. Es el triunfo de los besos de judas. Es, en fin, una representación en la que la mayoría, probablemente, no querría estar. Pero entre la costumbre, la comida gratis, el que dirán los jefes si no voy, o incluso como excusa para no ir a casa, la gente se apunta y bebe mientras observa de reojo las mesas de alrededor, la colocación de los compañeros dice mucho de la prosperidad de algunos y de la caída de otros. El año que viene quizá me de un descanso de nuevo. Es mucho para mi ir cada año a este festejo de brillos caducados, de corrientes voraces. Y no es que yo sea mejor que los demás, es simplemente que reflexiono sobre ello, hay otros que no piensan en ello, las cosas son como son, y ya está. La historia está ya escrita para el próximo año.