lunes, 25 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 16

Se acabó. Otra gran ceremonia, luz, música y chinos, muchos chinos. Es un país que no tiene problemas de gente. Lo que no se es como consigue la colaboración de tantos. Espero que sean voluntarios, pero me da que no. Pero tal vez sean simplemente gente contratada para estos actos. Ya sabéis que desconfío de la utilización que el gobierno Chino hace de su gente. Mientras, nuevas inundaciones, o terremotos, o lo que sea, en un territorio tan enorme que la modernidad pretendida solo llega a un pequeño porcentaje de la población. El resto no creo que haya disfrutado de las Olimpiadas.
Nosotros nos vinimos con unas medallitas más. Dieciocho en total. Y en los medios se habla de éxito deportivo. Ya veremos dentro de unos días. Entonces empezarán los análisis de los expertos. Espero que los críticos sean libres. Que examinen el deporte no tratado en su conjunto, sino disciplina por disciplina.
No hay nada más que hablar. Hasta Londres.

sábado, 23 de agosto de 2008

Pekín 2008 día 15

Hoy, lluvia de medallas. Tres de plata y una de oro. Como siempre, el oro de unos desconocidos remeros de kayak doble, Saúl Craviotto y Carlos Pérez, nos ha dado una alegría inesperada. Estos deportes tan poco cuidados son verdaderamente los que nos salvan en las olimpiadas. Estos verdaderos deportistas -en este caso son, además, policías nacionales- probablemente no vivan del deporte, pero rinden solamente por el verdadero espíritu deportivo. Esto es el deporte. Otra plata para David Cal, en ese canal estupendo hecho por los chinos para estos Juegos. Más de esta China artificial y ficticia que ha erigido un monumento a Samaranch por apoyar su candidatura. No me extraña que apoyara a una dictadura frente a países democráticos donde las cosas tienen que ser más claras y el ordeno y mando no suele servir.
Otra medalla ha venido del agua, el equipo de natación sincronizada ha realizado un magnífico ejercicio y ha sido plata en uno de esos deportes en los que los jueces cuentan más que los deportistas y el peso de las influencias y de la política dan y quitan medallas.
Por último, los jugadores de hockey han perdido el oro frente a Alemania. Los deportistas alemanes están en todos los fregados y nos toca enfrentarnos a ellos en muchas ocasiones en distintas disciplinas deportivas. Y siempre son temibles. Será cosa del carácter.
Bueno, pues mañana se acaba esto. No se donde van a meter todo lo que queda. Supongo que será un día largo.
Ya os contaré.

Pekín 2008 Día 14

No me gustan las despedidas. Tengo este defecto, quizá cobardía. Cuando llega el final, prefiero hacerlo rápido, y si puedo, pasar de el. De modo que no suelo disfrutar los últimos momentos, aunque sea en unas Olimpiadas. Por eso, estos últimos días, me cuesta escribir. Eso, y que no me hago eco del triunfalismo de los periodistas y de los dirigentes deportivos. Parece como si defendieran el honor de España en contra de los otros. Solo les importan el número de medallas, da igual el color o el deporte. Da igual la forma de conseguirlo. Todo da igual.
Ya he comentado que luego llegarán las críticas. Ya se alzan contra Odriozola, presidente de la Federación de Atletismo desde 1989 (¿No son muchos años?). Si lo hacen aposta, no lo hacen igual, que desastre de atletas. Ahora todos esperan que algún maratoniano les salve el cuello. Si consiguen una medalla, se la colgarán todos. No se si habrá bastante.
Hoy una gran decepción. David Cal en K1, seguro oro, ha sido plata. No es que sea mal resultado, pero esta plata es un descenso en el escalón. Más aún cuando nos habían contado los medios deportivos que el triunfo era nuestro. Como siempre, venden la piel del oso antes de cazarla.
Debe ser la influencia de ese grupo de familia real más políticos más dirigentes deportivos más pelotas más enchufados, vestidos todos con la ropa oficial de nuestros deportistas, que se apiñan ante las fotos y las imágenes de las televisiones. Deben moverse como una especie de ola, todos juntos, pegados para no perderse la foto.
Solo quedan dos días.

jueves, 21 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 13

Ayer me quedé a medias. Y hoy estoy bastante desanimada. El accidente del avión en Barajas, los muertos y sobre todo los familiares angustiados que las televisiones se disputan por captar, como si fueran imágenes candidatas al premio Pulitzer, cuando solo rompen la intimidad de una tragedia familiar. Se aprovechan de la sensación de irrealidad de te acompaña cuando sufres una gran pérdida, más aún, supongo, en estas condiciones de incertidumbre y desinformación.
De todas formas, todos lo sabemos, la vida sigue. Esto dejará de ser noticia. Afortunadamente las televisiones y otros medios de información saturarán el morbo y dejará de ser negocio.
Cuando se producen en agosto, este tipo de desgraciadas tragedias se magnifican ante la falta de noticias. Ya sabemos que los políticos estaban de vacaciones. Él parlamento no funciona. Si no fuera por las Olimpiadas y por la guerra en Georgia, no tendrían apenas de que hablar.
En Pekín, deportivamente, las cosas han mejorado. Otras dos medallas, una de oro, aunque en un deporte minoritario como la vela. En atletismo, nada. Decepción tras decepción. De todas formas, creo que la TV española ha perdido el norte. Cada día emite menos, solamente algún partido en directo, y apenas hace caso de las competiciones en que no hay españoles, con los cual nos perderemos grandes espectáculos. Espero que rectifiquen, porque una final olímpica, en cualquier disciplina cuenta con los mejores del mundo, y es la mejor práctica deportiva que se puede ver. Una vez, cada cuatro años.
Hoy llueve en Pekín. Ya sabéis lo que me gusta. Charcos, lluvia intensa, gente con los cabellos empapados, vida.
Me enfrascaré en los Juegos para olvidar la tragedia. Mi más sentido pésame.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 12

Qué poco queda. Pasan los días rápidamente. Cuando por fin logre acostumbrarme al ritmo horario y me aprenda el nombre de algunos deportistas estupendos, llegará la clausura. Cuatro años esperando para que todo pase como en un sueño, una sucesión de deportes, la imposibilidad de centrarte en tus aficiones. Las mañanas de sofá. Pronto no quedará nada.
Claro que comenzará el futbol, y otras ligas y competiciones. El deporte desde la perspectiva del ocio genera dinero y espectáculo. Esto no para.

Pekín 2008 Día 11

Ya tenemos 9 medallas y estamos décimo terceros en el medallero. Pero no nos engañemos, por encima de nosotros, muy por encima, están los países de nuestro entorno: Gran Bretaña, que se sale, Francia, Italia… El escalafón sigue siendo el escalafón.
Nosotros hemos mejorado muchos, pero ellos también, siguiendo además una tradición que aquí hubo que fabricar. Tener a Nadal no significa ser los mejores del mundo a nivel deportivo.
Quizá nuestro problema, aparte del nivel deportivo, es que no tenemos la suficiente experiencia en competiciones –ignoro el motivo- pero hemos visto, sobre todo en atletismo, que nuestros deportistas se arrugan ante la responsabilidad. Pocos han dado todo su potencial. La mayoría se ha ido a casa sin sudar.
También me llama la atención la longevidad de muchos de nuestros deportistas. Quizá es que una vez que te sitúas, ser deportista es un chollo. Vemos a muchos de ellos que van por su 3ª o 4ª olimpiada. Eso significa muchos años de permanencia en la élite. No se que criterios siguen las federaciones –siempre sospechosas- o el COE para evaluar y permitir estas extensas carreras, que impiden la aparición de nuevos talentos. ¿Es transparente la política deportiva española de los organismos encargados de velar por los intereses deportivos?
¿A cuantos de nuestros representantes han eliminado en su primera actuación? ¿Nos disfrazamos de primera potencia llevando un montón de participantes que a la postre no tienen la menor opción? ¿Se pagan viajes de turismo? ¿Cuántos federativos han ido a los JJOO por la cara? ¿Y donde viven, como, cuanto cobran, como viajan?
En el desfile damos muy bien, alegres y numerosos, coloridos. Pero luego nos espera decepción tras decepción. Solo triunfamos en unos cuantos deportes. La natación, la gimnasia y el atletismo, las reinas de los Juegos, son deportes vedados a los españoles. Pobres resultados, a pesar de alguna medalla esporádica, anecdótica diría yo, aún siendo un poco cruel. Eso sin volver a hablar de los comentaristas que te cuentan la medalla antes de ganarla, haciendo su papel de gafe. Cuantas decepciones a causa de las falsas expectativas creados por estos pseudo comentaristas que se han aprendido la lección diez minutos antes de comenzar la retrasmisión. Vamos, como hacía yo en el colegio de pequeña.

Pekín 2008 Día 10

Qué lejos de los nacionalismos violentos y separatistas queda la utilización de las banderas en los Juegos Olímpicos. En manos de aficionados felices, que asoman sus caras extasiadas por encima de las telas ondulantes.
Son banderas que identifican, sí, pero que comparten la alegría del triunfo sin entrar en rancios orgullos patrios. Se convierten, simplemente, en su grandeza, en símbolos de hermanamiento deportivo que no hieren, sino que adhieren al resto de espectadores a la gloria compartida con los ojos llorosos.
La especie humana, todas las especies me atrevería a decir, necesitan pertenecer y las competiciones deportivas de este calibre nos permiten desplegar los símbolos sin acritud, sin arrojarla sobre el orgullo de los otros.
Hace apenas un mes, cuando la selección española de fútbol ganó la Eurocopa mi mayor satisfacción –compartida, lo sé- fue la desmitificación de la bandera de España como propiedad de la derecha, y del nacionalismo español. Unos y otros, en toda España, en las autonomías del norte y del sur, en las capitales y pueblos, los españoles perdimos la vergüenza de usar nuestra bandera, de ondearla entre risas y gritos de júbilo, no con la ferocidad de los que actuaban como propietarios de la enseña.
Nunca me han gustado los símbolos que separan, ni las fronteras que aíslan a unos de los otros. No me gustan nada –ni los entiendo- y me dan miedo los nacionalismos soberbios, egoístas e insolidarios.
Tampoco me gusta nuestra mascota, la Reina.

domingo, 17 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 9

Cuatro medallas más. Hoy ha sido un gran día. Una de oro y tres de plata. El miedo ha cesado en nuestros responsables deportivos. Ya tenemos coartada para la gloria, para el entusiasmo colectivo, para esta España que se les hace enorme en la boca, y amenaza con desbordarles.
Hoy es domingo y estoy "adomingada". Llevo todo el día durmiendo en el sofá y no tengo ni inspiración ni fuerzas para escribir frases coherentes. Mis ideas se van hacia la piscina, que me llama. Voy a ganar unas cuantas medallas olímpicas en mi jardín.
Feliz tarde.

sábado, 16 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 8

Han sucedido dos acontecimientos que los medios de comunicación seguro relacionarán. Estoy escribiendo a las 17:47, por lo que no he tenido tiempo de comprobarlo, pero lo haré.
Hemos obtenido la segunda medalla de oro a la vez que la Reina ha comenzado a ver las competiciones. Se ve que se han turnado los Príncipes de Asturias con la Reina y la Infanta Cristina y su marido, el avispado Urdangarín. Ahora resultará que la Reina ha sido el talismán. Joan LLaneras, triunfador en la pista de ciclismo ha sido el objeto al que Su Majestad ha otorgado su real buena suerte. También ha estado viendo a Anabel Medina y Victoria Ruano, que se han clasificado para la final de tenis femenino parejas. Otra medallita. Ayer Nadal estuvo solo, pero supongo que él es tan bueno que no necesita a nadie. Me encanta. Parece humilde y lucha por todas las bolas. Y es del Madrid. Tiene 22 años y es una de nuestras estrellas deportivas, junto con Fernando Alonso y Pau Gasol.
Por fín otra medalla de oro y de nuevo en ciclismo. Aunque la sombra del doping planea sobre los ciclistas españoles creo que todos los deportista utilizan las mismas armas. Quizá alguno se pase y en ese caso entra en el abismo de la vergüenza hasta que acaba su sanción. Después parece que no hubiera pasado nada. El doping es de tramposos, y de personas que son presionadas hasta límites insospechados por sus entrenadores, médicos, patrocinadores, etc.
En deporte, el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra.

viernes, 15 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 7-2

No pensé que tuviera que escribir esto, pero los resultados en las distintas pruebas de natación me han confirmado una gran noticia. Ningún español se ha ahogado.

Pekín 2008 Día 7

Durante muchos años se luchó por las libertades civiles en un mundo que hoy acepta sin problemas la presunción de culpabilidad, los chequeos y abusos en los aeropuertos y la petición de documentación en las calles. Tienes que demostrar a cada paso que eres tu y que eres inocente, pero siempre pende sobre ti la sospecha de que no lo eres. Los cuerpos de seguridad, cada vez menos preparados, pero cada vez -o cómo siempre- con un poder contra el que no puedes luchar. El de la porra, la pistola, el miedo, la coacción y la ley. Ahora las calles se retrasmiten en directo en la mayoría de las ciudades del llamado mundo occidental y supongo que también en las de las potencias orientales.
Durante muchos años se ha luchado por la dignidad del trabajo, por la igualdad de oportunidades, por el equilibrio social, por la seguridad, contra el abuso y por la posibilidad de compaginar tu vida personal con tu medio de vida. Hoy en día las empresas se hacen "familiarmente responsables" y te cuentan milongas sobre el fomento de la igualdad, el cuidado de la maternidad, el salario justo, la responsabilidad compartida, el control del acoso, etc. Y sin embargo el empleo es cada vez más precario, el abuso ante la necesidad crece, los empresarios amplían los horarios -aunque no sea oficialmente- y la UE quiere ampliarlos oficialmente. Ya no importan las luchas sindicales, ahora importa la subsistencia, volvemos al principio.
Y me diréis qué que tiene esto que ver con Pekín. Pues muy sencillo. Es otra de nuestras pérdidas. Durante el tiempo de vida de la televisión, las cadenas han intentado ofrecer la noticia lo más cercana posible en el tiempo al suceso, hasta llegar a los directos. Desplazamientos de las unidades móviles, satélites... todo está preparado para ofrecernos la información en el momento en que se produce, en cualquier lugar.
Pues no, este avance, no cuenta para TVE, que en sus canales TVE 1, La 2 y Teledeporte emiten programación sobre las olimpiadas según su interés particular, o su baremo de interés. No se quién decidirá, pero me parece un atraso, y un engaño, porque no informan en ningún momento de si los hechos se están produciendo y retrasmitiendo en directo o no. Ya me ha pasado varias veces estar emocionada viendo un partido, o una competición, cambiar de canal y enterarme del resultado. Tampoco dan información sobre la programación del día, como si esperaran a ver que está más emocionante. Creo además que el resto de cadenas españolas sigue la misma táctica. Las retrasmisiones deportivas se graban y se emiten cuando interesa publicitariamente. el problema más grave, como ya he dicho, es que no te informan de ello. Te engañan por omisión.
Si la programación de los Juegos es tan intensa que se solapan actividades importantes tienen canales distintos donde emitirlos, o pueden diferir las competiciones menos importantes -este criterio puede ser subjetivo, pero en España existe estadística de los deportes preferidos- y emitirlas inmediatamente, pero sobre todo, anunciando este hecho.
Bueno, me voy a ver la tele, que están retrasmitiendo en Teledeporte una emocionantísima final de tiro: varios hombres tumbados en el suelo, pertrechados como si estuvieran en Siberia, con un post-it sobre uno de los ojos, y apuntándome con un fusil tremendo directamente entre los ojos. Que pasión. Ah, y en la 1 de nuevo halterofilia. Qué mañana más deportiva. Menos mal que ha empezado el atletismo.

jueves, 14 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 6

Hoy está nublado en Madrid y en Pekín llueve a cántaros. En cierta forma me consuela ver la lluvia aunque sea por televisión. La extraño y la añoro. Me gusta la lluvia, que ensancha mi corazón melancólico.
En Pekín han extendido plásticos, lonas, han regalado chubasqueros de colores, han cubierto todo lo posible, pero la naturaleza no permite el desarrollo normal de las actividades. Hace bien, como si hiciera una huelga, la lluvia se convierte en el contrario que entorpece y lucha contra la hipocresía, contra el cambio climático, contra el calentamiento global que se produce rápidamente.
Que a gusto estamos en nuestras casas, coches, oficinas: los dioses calefacción y aire acondicionado nos protegen. Pero como en todos estos casos, ni hay energía para todos, ni es una solución al alcance de todos. Dentro de unos años estos serán lujos imposibles, tal vez como el agua del grifo o la brisa del mar.
En China saben mucho de diferencias. En una población de más de 1.300 millones de habitantes, en una extensión de 9.596.960 km2 (España tiene 504.782 km2) las diferencias de renta percápita, de servicios de todo tipo, de bienestar social, son tremendos.
Sin embargo, sus atletas copan el medallero, se lucen en todos los deportes, hasta en aquellos en los que nunca habían destacado. Han preparado estas olimpiadas como un verdadero escaparate. El problema es que solo enseñan lo que les interesa, aquello que legitima su forma de gobierno y a sus dirigentes.
Nosotros también estamos nublados. El equipo olímpico español se lame las heridas de los cuartos puestos mientras piensan en argumentos que nos expliquen lo que está pasando si se confirman los malos resultados. El miedo empieza a correr por las venas de los dirigentes deportivos que tal vez teman perder sus posiciones de privilegio. Esos puestos que nadie sabe donde se logran, pero que algunos consiguen para toda la vida. Debe ser cosa de la sangre azul de la clase y el dinero.
Pobres mortales, nosotros, sin medallas y sin chofer. Mañana será otro día. Aún nos queda Nadal.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 5

Nos deshinchamos como un globo. No hay más medallas. Cada vez queda más lejos el oro y el bronce de los primeros días. Volvemos atrás. La euforia da paso a ese sentimiento de injusticia que nos hace perder cuando merecemos ganar. La mala suerte, los jueces... Cualquier alternativa es válida. Pronto saldrá el PP diciendo que todo es culpa de Zapatero. Hace un par de días que no salen ni los príncipes.

Por lo demás todo es estupendo. Deporte de alto nivel para hartarse. El problema es que no conozco a los participantes. Solo a dos o tres y las competiciones tienen un interés menor. A mi me gusta ir a favor de alguien, o mejor aún, ir en contra. Es mucho más divertido y más amplio. Me pasa con el Barcelona. Siempre quiero que gane el otro.

La decepción pues, cunde. La verdad es que somos buenos y obtenemos buenos resultados. Quizá la medalla es la catapulta a la gloria, pero el deporte, como ya hemos dicho, necesita de todos, de los ganadores y de los perdedores. De los soberbios, y de los humildes, sobre todo de los humildes.

Pobres Príncipes, sin trabajo no pueden legitimar su estancia en China, parece que están de vacaciones en vez de en misión oficial de mascotas.

Hasta mañana.

Pekín 2008 Día 4

Ya ha ocurrido. Me he olvidado de escribir la crónica de ayer, y tengo que escribirla a primera hora del día 5. Pero en realidad da igual. Las Chinas siguen haciendo piruetas en la pantalla y yo no me entero. No retengo los nombres ni las caras. Y los uniformes, excepto el chino, que yo siempre confundo con el español (por rojo), no son facilitadores de la identificación: tantos países, tantos uniformes sofisticados, tan pocos colores en el espectro.
Hoy apenas he visto momias o dobles de personalidades. Se ve que solo aparecen en las finales mediáticas y ahora hay muchas eliminatorias. De todas formas he vuelto a ver al franquista embalsamado reconvertido en espíritu y estandarte olímpico. El Sr. Samaranch sigue en los primeros asientos de las tribunos, espacio vedado para los mortales como nosotros. Tampoco tendremos nunca coche oficial y chofer. Resignémonos.
El día de la inauguración, si vi a Putin (con el mando a distancia de la guerra de Georgia) a Bush, con su mujer despeinada, ambos muy deportivos. Estaban allí todos los príncipes y principesas que alimentan los sueños del proletariado. Elegantes, y sin sudar. No se si serán los genes de la sangre azul, o que la tribuna tenía aire acondicionado.
Nuestra parejita siamesa está por allí. Como ya os dije van con el uniforme oficial español, los dos iguales, cada día alterna la diversa ocupación: blanco y rojo, rojo y blanco. Si no los conocéis, os diré que son un hombre alto con cara de bobalicón y una mujer bajita y muy delgada con cara de enterada. Ella no habla, el tampoco, pero tiene asignado el papel de portavoz de la pareja. Y su discurso es claro: España, España, España, la familia real con España, la familia real que da suerte a España, la familia real que es deportista y estupenda, y lo satisfechos que estamos todos los españoles que los vemos por la tele de que ellos sean nuestros príncipes y de las medallas que ganamos en Pekín.
Claro que empiezan los nervios. Día 4 y dos días sin medallas. En fin. Voy a ver a las chinas saltando, que son verdaderamente impresionantes.

lunes, 11 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 3

Solo han transcurrido tres días y me pregunto si resistiré este empacho de deportes y deportistas, más aún cuando me pierdo en programaciones nunca anunciadas y con comentaristas que parecen enemigos de los deportes que trasmiten y que no dan una. La verdad es que en este entorno polideportivo hay que tener gente que domine cada deporte, y eso supondría una plantilla demasiado amplia. Pero cualquier persona atenta, no entendida, solamente pendiente de las retransmisiones encontrará numerosas pifias en los comentarios, desde no callarse cuando deben, errar en la interpretación de las actuaciones, gafar a los deportista, hasta sufrir episodios histéricos cuando surge posibilidad de medalla para un español. Entonces las televisiones despliegan sus emisoras móviles en los domicilios de los protagonistas, en el bar del pueblo, en la escuela... Es el espectáculo casero que gusta en el medio audiovisual.

Los héroes duran poco. Tenemos el ejemplo de los ciclistas, o del campeón de waterpolo Jesús Rollán, o de numerosos gimnastas de la élite de la Europa del Este. Gente destrozada por el doping, por el sufrimiento psicológico derivado de la vuelta al mundo normal y por los padecimientos físicos provocados por los esfuerzos a los que sus cuerpos fueron sometidos. O por el exceso de presión y responsabilidad. Ya hemos comentado en anteriores crónicas que el deporte no es este afán de superación superhumano promovido por las primas económicas de los grandes patrocinadores.

Mañana dedicaré mi crónica a esa extraña pareja, hierática, que disfrazada, no se porqué, con el uniforme oficial de la delegación española, aparece cuando hay que felicitar a alguien, incluso, como ocurrió ayer con Samuel Sánchez, aunque no sepan quién es y se equivoquen al otorgar la felicitación (se tiraron a por Valverde).

Os dejo hasta mañana, vuelvo a la lucha, cansada, aplastada contra el suelo después de visionar unas eliminatorias de halterofilia. Esta noche meditaré sobre las virtudes de la práctica de estos esforzados ejercicios.

domingo, 10 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 2

Hoy casi me olvido de escribir mi crónica personal. Y eso que solo van dos días. Pero la verdad es que he amanecido a las cinco de la mañana para ver lo que echan, porque ese es el tema, no importa lo que tu quieras ver, la programación la imponen los enterados de las televisiones, con lo cual hay deportes que ni siquiera aparecen en las pantallas. O te echan lo mismo en dos canales de TVE, la 2 y Teledeporte. He comprobado también que en TVE no emiten en directo prácticamente nada, y no te informan de ello, con lo cual puedes estar viendo emocionado una final que ya se ha producido. El problema es que si pongo Eurosport me entere del resultado.
Hoy hemos ganado otra medalla, bronce en espada (esgrima) un deporte que casi ni conocemos, pero José Luis Abajo, Pirri, ha obtenido un triunfo que ha pintado las pantallas de todos los canales de extraños austronautas conectados por una cable a no se sabe donde, y con una espada con una bolita en la punta. No me gustan las armas, menos aún en el deporte, aunque sean seguras. Al menos ahí no matan, pero forman parte de la cultura universal guerrera del hombre. Disparamos o embestimos contra todo, dianas, platos, animales y si se tercia, contra los otros hombres.
Mañana no me pienso levantar tan temprano. Si acaso, veré algo en la cama. Al final, si me levanto tan pronto, me duermo en el sofá. Y seguir entre sueños a las componentes del equipo chino de gimnasia, todas iguales, es harto difícil.
Hasta mañana.

sábado, 9 de agosto de 2008

Pekín 2008 Día 1

He estado esperando la celebración de las Olimpiadas, porque me gusta el deporte, me gusta el espíritu olímpico (aunque tan deteriorado y minusvalorado) y me gusta la juventud que se divierte. Supongo que unos Juegos Olímpicos tienen dos tipos de participantes: el montón, que no aspira a medallas ni a diplomas, pero que son la compañía indispensable que les permitirá, a los elegidos, sobresalir. Y por otro lado, estos elegidos para la gloria que se subirán en un podio que significa, o debería significar, lo mejor del deporte, de la juventud y del esfuerzo limpio y personal.
Hoy en día, quizá desde que volvieron a celebrarse estos Juegos, el deporte solo es una parte de esta celebración. Los intereses políticos cogen a estos deportistas como escaparate de sus éxitos y esto significa que en muchas ocasiones se pasa por encima de la ética deportiva, de la ética símplemente. El padre de los Juegos Olímpicos modernos, Pierre de Coubertin, resumió el espíritu olímpico en estas dos frases, aplicables a la vida en cualquier ámbito: "Lo importante en los Juegos Olímpicos no es ganar sino participar." y "Lo esencial en la vida no es vencer sino luchar bien."
Pero los estados, lo políticos que se arraciman en las fotos con los triunfadores, los representantes más presentables de las vetustas monarquías europeas a los que la televisión enfoca cuando el éxito se produce, no están interesados en el deporte, ni en lo que este debe significar para el desarrollo humano, para la formación identitaria de nuestros jóvenes. Solo les interesa la parte que puedan reconocer como suya en los éxitos, que se reparten como aves carroñeras, dejando muy poco al deportista.
No obstante, el sueño olímpico sigue en las mentes de muchos de nosotros y es bello contemplar el esfuerzo sobrehumano y la alegría infinita que muestran las caras de los participantes y las lágrimas que se derraman en los podiuns.
Hoy hemos ganado una medalla de oro, en ciclismo. Samuel Sánchez, a quién pocos conocíamos fuera del ámbito ciclista nos ha hecho emocionarnos y llorar con él. Y con sus compañeros. La generosidad permite alegrarse del triunfo de un compañero como si fuera tuyo. Pero el sueño olímpico es el triunfo de todos los que han intentado estar hoy allí.