Han sucedido dos acontecimientos que los medios de comunicación seguro relacionarán. Estoy escribiendo a las 17:47, por lo que no he tenido tiempo de comprobarlo, pero lo haré.
Hemos obtenido la segunda medalla de oro a la vez que la Reina ha comenzado a ver las competiciones. Se ve que se han turnado los Príncipes de Asturias con la Reina y la Infanta Cristina y su marido, el avispado Urdangarín. Ahora resultará que la Reina ha sido el talismán. Joan LLaneras, triunfador en la pista de ciclismo ha sido el objeto al que Su Majestad ha otorgado su real buena suerte. También ha estado viendo a Anabel Medina y Victoria Ruano, que se han clasificado para la final de tenis femenino parejas. Otra medallita. Ayer Nadal estuvo solo, pero supongo que él es tan bueno que no necesita a nadie. Me encanta. Parece humilde y lucha por todas las bolas. Y es del Madrid. Tiene 22 años y es una de nuestras estrellas deportivas, junto con Fernando Alonso y Pau Gasol.
Por fín otra medalla de oro y de nuevo en ciclismo. Aunque la sombra del doping planea sobre los ciclistas españoles creo que todos los deportista utilizan las mismas armas. Quizá alguno se pase y en ese caso entra en el abismo de la vergüenza hasta que acaba su sanción. Después parece que no hubiera pasado nada. El doping es de tramposos, y de personas que son presionadas hasta límites insospechados por sus entrenadores, médicos, patrocinadores, etc.
En deporte, el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra.
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