miércoles, 19 de septiembre de 2007

Caminar juntas

A veces se discute y cuando se reflexiona no se encuentran las causas concretas. Pero está claro que ambas partes se sienten ofendidas. Y según pasan los días la bola va creciendo y las razones se afirman en la piel. Y deja de tener importancia el origen de las cosas, o lo verdaderamente importante. El orgullo sostiene las velas de las dos y el viento que las agita hace cada vez más grande la distancia.
Yo dije, tu dijiste... tal vez fuera un mal día para ambas. Tal vez había cosas sin decir, cosas sin verdadera importancia. Le damos mucha importancia a las palabras y las palabras a veces se escapan de la boca sin sentido, sin sentirse.
Tu lo sabes y yo lo se.
Pero pienso en las cosas importantes: en el cariño, en la confianza, en lo que se ha compartido, en las risas y los llantos.
Es una bolsa grande. Pero no pesa.
¿Podemos entonces olvidar las piedras del camino y seguir por el sendero verde, ancho, que nos permite caminar juntas?

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