viernes, 11 de marzo de 2011

Una y dos

Me levanté como todos los días. Era el peor momento, aún tenía conciencia exacta de mi vida. Ajusté mi mente y me disocié. Me inundó el bienestar: el viento suave acariciándome el rostro, mi cuerpo ligero... Tenía que viajar a Nueva York. En primera clase: asientos amplios y un buen servicio. Pedí una copa mientras evaluaba a mis compañeros de viaje. Al girar la cabeza un tirón en las cervicales me devolvió a mi baño. Un rostro ajado grabado en el espejo. Una boca amarga. Una extraña. El avión volaba. Mi compañero de asiento llevaba un traje perfecto. Abogado, seguro. Nuestros ojos se encontraron un instante. El coche estaba aparcado en la calle de detrás de casa, en un sitio demasiado estrecho. La cabina del avión era un lugar más agradable. Incluso un posible romance... Me encontré en mi vehículo cuando el avión se abatía sobre la autopista por la que circulaba. Ayudadme. No se donde estoy.
Texto enviado al primer certamen de microrrelato de ciencia ficción artgerust http://www.artgerust.com/certamenes.php

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