El tiempo de la soledad y del olvido nos parece lejano. No tenemos tiempo para pensar en ello. Pero está la vuelta de la esquina, porque nadie nos asegura nuestro mundo, pequeño o grande, rico o pobre. Nuestra gente es lo único que importa. Veo matrimonios de mil años, que viven solos pero están juntos, los dos. Se han acostumbrado a depender el uno del otro y van agarrados de la mano y de sus bastones a todas partes. Siempre uno está mejor que el otro, y su drama es saber que uno sobrevivirá al otro. Después de toda una vida, ¿como puedes aprender a vivir solo?. Has tenido tu compañero, tu consuelo, tu igual y ahora dependes de tus hijos, o de nadie. Estás tu solo/a. Los dos quieren ser el primero en irse.
Me dan envidia, aunque piense que tienen el tiempo contado, me dan envidia, porque yo nunca lo tendré. Y se que habrán pasado por épocas malas, de desamor, de indiferencia, tragedias y pequeños dramas, tal vez por infidelidades, por traiciones. Pero cuando el tiempo de la guerra ha pasado, les queda la calma, su refugio, su casa y ellos dos.
Cuando tienes un compañero no te hace falta nadie más. Cuidaros los unos a los otros. Y cuidar eso que la vida os ha otorgado simplemente por azar y no lo déis por hecho, que no todos lo tenemos. Mi madre hace años, siete, que perdió a mi padre, y perdió sus brazos y sus piernas, pero tambien al hombre al que cuidaba, al que hacía cada día la comida con mimo. Nunca estaban de acuerdo, ni falta que hacía. Cuanto extraño esa imagen de los dos juntos en todas partes. Cuidaros parejas. Y si aún los tenéis algunos de vosotros, cuidarlos también porque nadie los sustuirá cuando se vayan.
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