No voy a entrar en nada más que en una consideración. Durante dos años, después de las últimas elecciones generales, he estado oyendo al Sr. Rodríguez Zapatero decirme una serie de cosas, explicarme una serie de conceptos que yo he creido, e incluso, he defendido ante terceros.
Ayer me dijo que toda la seguridad que mostraba, todos sus planes sociales y económicos para salir de la crisis eran falsos. Porque lo que tiene que hacer para intentar arreglar las cosas es recortar gastos de los de siempre. La situación puede ser muy grave, pero las ayudas llegan a los bancos y a los grandes empresarios. Y al ciudadano normal que le zurzan.
Cómo soy de izquierdas y votante socialista me creo en el derecho de pedir la dimisión de un Presidente del Gobierno español que ayer tuvo que seguir las órdenes de Obama y de sus colegas europeos. Y doy gracias porque no estemos solos.
Y pido, que con el Presidente, dimita todo su equipo, desde el primero hasta el último diputado y senador, nacional, autonómico, europeo, concejales, alcaldes, los comités del partido... Que se vayan todos y cuando se haya limpiado todo con bien de lejía, se haya logrado desincrustar de sus sillones a esos que han vivido toda la vida de lo mismo -en Madrid tenemos muchos ejemplos-, habremos conseguido dejar todo vacío de intereses personales, de egos, de guerras por el puesto, de líderes prefabricados por si mismos y por cuatro amiguetes del partido que esperan colocarse al amparo de su amigo encumbrado, de cadáveres de gente válida que no hacen la pelota ni buscan el enriquecimiento personal...
Esto no es demagogia.
Yo no hablo de que vengan de otros partidos a hacerlo mejor, ni de que haya elecciones. No, yo quiero que dimita el Sr. Zapatero y que otro socialista, no involucrado en este desastre del seguimiento de la crisis, sea Presidente.
Porque después de lo de ayer, si todo sigue más o menos, no voy a volver a votar en ninguna elección, y espero que muchos me sigan.
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