Lo estoy. No se si será un antidepresivo que he dejado de tomar o simplemente la vida. Pero hoy -y ayer...- me siento harta de aguantar las palabras mentirosas de los políticos, sin ir más lejos, o de las televisiones interesadas que tratan de crear opinión, o de la prensa que se mueve según manda el patrón.
Estoy harta de tener que pasar de aquello que solucionaría todo. El sentido común. Por ejemplo:
Es de sentido común que todos tengamos un hogar y no haya gente que viva en la calle
Que todos tengamos lo suficiente para subsistir, al menos
Que todos recibamos educación y asistencia sanitaria
Que todos los hombres y mujeres somos iguales
Que no debemos ser unos siervos y otros amos
Que todos necesitamos a los demás
Que los ladrones, violadores y asesinos estén presos
Que la policía te guarde, no te acose o te apalee
Que la política no debe ser una carrera para "toda la vida"
Que los jueces no son omnipotentes
Que los ricos paguen más impuestos que los pobres
Que la especulación no es un modo de vida
Que los niños sean protegidos por todos
Al igual que los ancianos
Que las mujeres no deben ser víctimas de sus maridos
Que los hijos no deben ser víctimas de sus padres o de sus maestros
Que cualquier religión debe dar, no solo recibir
Que cualquiera es inocente mientras no se demuestre lo contrario
Que el que abusa de los niños o de los ancianos debe pagarlo
Que el que roba debe devolver el dinero
Que el que lo hace mal debe irse y dejar su sitio a otro
Que la edad no es una etiqueta que te invalida
Que la ignorancia es imprudente
Que la educación es lo único capaz de arreglar nuestro mundo en un futuro
Que nadie debería morirse de hambre o de sed
Que todos deberíamos poseer la palabra
Que los privilegios deberían ser para todos o para nadie
Que en las calles no deberían existir cámaras de vigilancia "para todos"
Que la autoridad se gana, no se otorga por ley o costumbre
Que el trabajo no siempre dignifica al hombre, sino muy al contrario
Que el empresario NO se juega su dinero por los trabajadores
Que...
Y tantas cosas más. Probad a hacer vuestra lista, será larga, pero veréis que las cosas no son tan difíciles si no pretendes hacerte rico quitándoselo a otros, aplastar al que piensa distinto de ti, ser mejor y tener más cosas que tus vecinos, olvidarte de que existen niños que mueren de hambre, que la tierra da frutos, no pelotazos inmobiliarios...
Pero estamos inmersos en un mundo de reglas que se contradicen y que tienen como objetivo dejarnos indefensos ante los poderes legislativo, ejecutivo y judicial y sobre todo el económico. No somos nadie uno a uno y en todo momento, se trata de que no nos unamos. De aplastar nuestra iniciativa y nuestras ideas sencillas, nuestro sentido común. No vaya a ser que algunos de nosotros, idiotas, nos pongamos a la tarea de cambiar las cosas...
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