domingo, 27 de julio de 2008

Radoban Karadzic

La detención de este magnicida pone de manifiesto dos problemas endémicos de los seres humanos.
1) Que todos somos iguales, o casi. Que puestos en una situación determinada seríamos capaces de hacer lo mismo que este hombre, o de, al menos, como tantos hicieron, cerrar los ojos al horror. Si los muertos no son nuestros podemos aguantarlo, podemos vivir como si las cosas no pasaran. Podemos llorar un poco, horrorizarnos y seguir con nuestra vida normal, tomar el aperitivo y ver el partido de la tarde. Aquí, los domingos, son domingos, no otro día más en la condena que es la vida para muchos de nuestros congéneres.
2) Que estamos dispuestos a ver las cosas según nos conviene, en cada caso, y que somos capaces de olvidar si lo que ganamos es suficiente. No nos preocupa demasiado nuestra conciencia, se la puede acallar con el poder o el dinero. Los intereses son los que conforman nuestro mundo ético.
Tal vez hoy no tenga un buen día. En realidad, se me ha desprendido una persiana y soy incapaz de arreglarla, mañana llamaré a un especialista.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy Radoban Trujillo y opino exactamente igual que tu. ¡Me quiero bajar del mundo!

Anónimo dijo...

Hola, soy Radoban Trujillo y opino exactamente igual que tu. ¡Me quiero bajar del mundo! radobantrujillo@hotmail.com