No es la primera vez que menciono la extraña sensación que me producen las páginas de sexo en la red. Páginas accesibles a todos, gratis, innumerables y que muestran un catálogo sin fin y sin barreras de demostraciones sexuales exhibicionistas en un grado que va ascendiendo hacia el abuso, humillación, dolor... a las mujeres en su mayoría y a menores, me temo. Supongo que estas muestras de degradación de unos seres humanos hacia otros son meras escenas contratadas y que no existe sino una relación comercial y mucho aguante. Diría que una relación comercial que debería hacer que estos seres forzados a prácticas sexuales degradantes (yo no lo llamaría prácticas sexuales, sino imposibles, inexplicables, impensadas para animales y sin embargo admitadas por seres humanos) obtuvieran pingües benficios económicos. Pero aún sin tener datos, se que no es así, ninguna persona con un poder económocio normal sería capaz de acceder a relaciones en las que la humillación y el dolor son norma. Supongo que los que observamos impávidos estas prácticas no entendemos de que se trata, o por que suceden. Son fantasías que ninguno de nosotros confesaría, llevadas a la realidad. No quiero extenderme sobre estas prácticas que supongo que todos los adultos con acceso a internet han visto en mayor o menor medida, porque vienen a ti, no es necesario buscarlas. Pero a pesar de las protecciónes pro parentales, me temo que también muchos menores tienen acceso a esta visualización de lo peor que tiene el ser humano, el abuso sobre otros más débiles y pueden considerarlo con normalidad. Como normal parece matar a un semejante en un videojuego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario