martes, 19 de abril de 2011

Siempre vuelve

Hacía mucho tiempo que no me sentía tan mal. Llevo una mala temporada, pero estos dos últimos días están siendo especiales. Me pregunto toda clase de cosas que no tienen respuesta, o si la tienen, no tienen nada que ver con lo que yo pueda hacer, como la muerte.
El mundo se sigue moviendo, el día es claro y las cosas no han cambiado. Pero la tristeza, la desazón, esa sensación que casi todos hemos sentido alguna vez, me llena el pecho. Se ha alojado ahí y requiere, para alimentarse, de todas las parcelas de mi vida.
He vuelto a comenzar con los antidepresivos. Se que mi vida no es la misma con ellos, que soy yo, en cierta forma, forrada, protegida de la realidad. Pero no se puede vivir sufriendo. Yo no quiero vivir así. No puedo. Espero que esa pastilla, que casualmene me he comenzado a tomar ayer, me ayude. Tal vez acerté, porque ayer mismo vi el borde del abismo. Cuando decidí tomármela ya estaba cuesta abajo, sin frenos.
Escribir siempre me ha ayudado. Me sirve de terapia, porque al poner los pensamientos por escrito estos parecen ser más benignos, desahogarse es bueno. El peso se aligera un poco. Aunque los nervios siguen enrollados en mi estómago.

No hay comentarios: